Al hilo de las últimas entradas de este blog, especialmente las relacionadas con el Gato Bro(n)x, aunque también instigado por la excelente y cautivadora memoria de Gelovira, he buscado en el baúl de los recuerdos que todos los gatos atesoramos en distintas estancias o lugares escondidos: bajo los arbustos del jardín, en los pajares de la memoria, en las bodegas de hace 24 años, en las maletas arrumbadas y demolidas por viajes e instantáneas… En fin, que he olisqueado, rebuscado, restregado, refrotado, rasguñado, carcajeado, relamido en los archivos del tiempo y he encontrado unas cuantas fotos que de seguro, si no excitan vuestra comprensiva y generosa piedad, al menos os harán reír a mandíbula batiente.
¡Qué curioso es el tiempo que es inmisericorde y que, sin embargo, todo lo perdona!
Con el Gato Bro(n)x y su Gata Beatriz en Pau (Francia)
Con la Gata Beatriz
Con la Gata Gelovira en la fábrica de Cerámicas de Muel
Con la Gata Gelovira en la iglesia del Monasterio de Veruela
En clase de … ¿3º?. Fue en el año 1996… me lo dice mi olfato…miau
Con mi excelso Gato Siamés –de raza autóctona aunque guste atribuirse raigambre “extranjera”- de renombre y postín, con cara de felicidad por dejar a su cargo la Jefatura del Departamento, bajo cuyo mandato hemos dado en hacer toda esta serie de cosas… (la verdad es que no le veo muy contento ¿no? ¡Marramiau!
Dicen que tienen siete vidas. Pero los hay con catorce.
ResponderEliminarPor lo demás, tranquilo: he vuelto a recuperar mi sonrisa. En realidad, nunca la había perdido del todo.
¡Más puñalás traperas! Me veo recortadillo, un pelín hortera. Sólo me salva la media sonrisa y la gata. Claro que el pelo y la barba de tus primeras fotos son como de animación digital. Son unidad indivisible, también llamada casco con babero. Ese paisaje eremítito que se ve detrás de vosotros dos acentúa la sensación de que se trata de una experiencia religiosa, como diría Don Enrique Iglesias. Una y trina, una vida y hasta siete existencias tiene el gato que sabe que en su alma una lágrima hay. Para más inri, resulta que tengo que escribir ACKAGOR como verificación de mi identidad. Del extranjero, pol último, mejor no hablar, que parece que esta viendo a pixi y dixi en la tele de enfrente.
ResponderEliminarVuelvo al ataque, porque este bucle temporal, melancólico paréntesis, me tiene chocho,como gato tras sardina. Qué pasó, por qué no tomamos la escuela de invierno cuando estabamos a tiempo de empezar la revolución. Sí, ya sé que alguno habría acabado haciendo carrera psoe, pero nos hubieramos divertido e incluso habríamos divertido a alguno/a. Una voz de fondo me dice, bueno puedes ponerte como quieras, sólo son palabras, ínfulas a toro pasado, hicisteis bien, esas pretendidas revoluciones son, en el fondo, crisis adaptativas para hacerse mayor, para hacerse hueco. Vale, sí, nos hemos hecho poco hueco(es mancha que limpia)y mayor únicamente es nuestra osamenta, pero seríamos más sabios tras haberlo intentado. Chocho, me tiene chocho este bucle melancohólico.
ResponderEliminarHola, Melmoth ("el Errabundo"):
ResponderEliminarNo hay nada en el pasado que nos haga mejores de lo que ahora somos. Ése es mi punto de partida.
Las revoluciones a destiempo y los intereses viciados devienen en totalitarismos y, si no, a las pruebas me remito. Las revoluciones a tiempo generan cambios positivos y alientan a confiar, aunque nadie pueda evitar que se corrompan y terminen cediendo a los mismos excesos que los anteriores.
Es tu tiempo, quizás también el nuestro -o el mío particular-.
Por eso me olvido de bucles melancólicos que no llevan a parte alguna y me pongo a tu disposición. No sé si será una buena revolución -me conformo con que no sea una invoulción-, pero es seguro que nos lo pasaremos bien. Si no nos lo pasamos bien, es que estaremos tan equivocados como los que nos precedieron... y viviremos eternamente encerrados en el zulo de la Planta Baja.
Saludos An-arcos
Comandante, te has puesto un poco tajante. Vuelvo un poco Narco del aperitivo, que tanto San Jorge hay que celebrarlo olvidándolo.
ResponderEliminarNo sé si te das cuenta de que venimos a decir cosas parecidas, aunque tú lo haces casi en el lenguaje de la tercera, que es de la que yo soy un poco, pero poco, herederero. Tu eres más de la cuarta y sobre todo de la primera, amén de influencias que no hay que mentar en vano. Primera, tercera y cuarta internacionales, quiero decir.
En fin, que si no se añade nadie al vacile o quieres decir la última palabra yo doy la cosa por a narco acabada.
De hoy en adelante, a trabajar. El resto es vanidad y nadie ha de arrepentirse de lo que no ha dicho.
¡Porcu, me toca escribir para que me sea aceptado el mensaje!