Beirut, Líbano

(Por Ghadir Mouin Ghafari)

Beirut es el principal centro de las comunicaciones del Líbano. Y se ha considerado desde siempre el cruce entre los tres continentes de Asia, África y Europa, y la entrada al este. Beirut conserva hasta el momento su papel como un gran centro cultural con un gran impacto en la región del Medio Oriente. La ciudad tiene muchas atracciones turísticas y es una mezcla de cultura entre Oriente y Occidente. El idioma oficial es el árabe, pero la mayoría de la gente sabe hablar inglés y francés. En Beirut, puedes moverte de un sitio a otro sin ningún problema con diferentes tipos de transportes. Y, finalmente, es una ciudad de las mejores ciudades que merecen la pena de verlas.

En primer lugar, yo recomiendo evitar los restaurantes europeos, chinos o japoneses porque si vas a visitar un país de larga tradición culinaria como este, con lo cual sus comidas son de excelente reputación, pues estaría mejor probar la comida más rica del mundo.

En segundo lugar, podrías disfrutar de las maravillosas varias playas que están en toda la costa del Líbano con un sol inolvidable.

Y, por último, no deberías olvidarte de los increíbles museos que te ofrecen una oportunidad de conocer la historia libanesa.

Traería a Zaragoza unos pasteles tradicionales que son los más ricos del mundo y traería también algunos jabones naturales que me gustan mucho.

Llevaría a Beirut chuches, que le encantan a mi hermano pequeño, y porque en mi país son muy caras.

Me gustaría vivir en una ciudad en la cual no hubiera tanta contaminación en el aire, ni que tuviera tanta población ni ruido, y donde solo existieran los transportes públicos. Aun así, mi ciudad ideal sería una ciudad con calles estrechas y súper limpias. Me encantaría también tener muchos parques que estarían llenos de una gran variedad de tipos de árboles y donde podríamos relajarnos mirando los distintos colores de la naturaleza. Pero, sobre todo, me gustaría vivir en una ciudad donde no hubiera problemas de discriminación (entre mujer y hombre, entre blanco y negro, entre sano y enfermo, entre pobre y rico).

Y si pudiera hablar de mi mundo ideal hablaría de un mundo con paz y sin la existencia del hambre y también la existencia de las armas que tampoco puedo entender por qué las han inventado si todos nos vamos a morir sin que nadie nos mate.