viernes, 4 de febrero de 2011

Enero 2011: Sin tiempo para respirar

Apenas sin tiempo para respirar, llego a clase. Jadeo al sentarme en mi sitio, Diana ya está allí y me sonríe comprensiva. Como siempre, intento enterarme de lo que pasó ayer, de cómo terminó mi interrumpida clase (si Victoria se ha olvidado dejarme una nota en mi página de Odnoklassniki). Creo que participo más que los demás, mi papel de "madre" me impulsa a ello y así compenso un poco mi especial horario.
Aún huelen mis manos a ajo, lo de hacer la comida antes del estudio, es un añadido que agota mis fuerzas, menos mal que mi pareja me ayuda, aunque a veces con más voluntad que acierto. Hoy haré los ejercicios con Ingo, Kataryna y Diana; creo que hacerlo así ayuda a mejorar los resultados. El hecho de estudiar en grupo me parece maravilloso y desde luego me ha hecho crecer tanto personalmente como en el idioma, aunque a muchos de mis compañeros siga sin entenderlos.
Afortunadamente me apunté a este curso y he aprovechado tanto que ya me preocupan menos los sueños de verbos asesinos o de preposiciones que enseñan sus garras con malos propósitos. En mi trabajo, sigo dando vueltas a las palabras y frases e incluso luego, al llegar a casa, me encuentro algún maldito pronombre escondido en el bolsillo. Como veis, ahora me expreso mucho mejor que al principio del curso y comprendo a otro nivel lo que oigo o me dicen, sin decir a todo que "sí" como un lorito.
(Por Olena Karpenko)

No hay comentarios:

Publicar un comentario