sábado, 24 de enero de 2015

Cerebro y amor (1): Fleur

http://esquire.es/actualizacion/3054/que-le-pasa-a-tu-cerebro-cuando-te-enamoras
Ya sabíamos que el enamoramiento es un desastre para la sanidad mental y la vida independiente de una persona. Mejor que hablar sobre que le pasa a tu cerebro cuando te enamoras es saber como evitarlo. (Si uno quiere hacer una decisión racional sobre si es sabio empezar una relación con otra persona con el objetivo de estar juntos durante el resto de la vida, sería mejor si no tuviera síntomas de un trastorno mental.)
Las relaciones románticas monógamas son inventos muy antiguos y uno de sus defensores más poderosos era la iglesia. Además, vienen de una época en que las personas sólo vivían hasta tenían unos 30 años. A pesar de que la gente solía casarse con 16 años, eso aún significa que ahora estamos mucho más tiempo atado a una pareja. Aunque la iglesia y entonces el matrimonio están en declive, el pensamiento subyacente de las relaciones monógamas sigue siendo la norma social. Sin embargo, hoy en día hay pocas razones para tener solo una pareja sexual. Vivimos en una época con buenos preservativos y anticonceptivos. Además, la expectación de las relaciones monógamas crea muchos problemas.
En España, un asombroso 61% de parejas se rotan. Además, según los datos de la red social para infieles Ashley Madison, hay más que un millón de infieles en España. Esos números muestran que la norma social de que uno tenga relaciones monógamas no más funciona. No obstante, los que no tengan pareja, o que tengan relaciones románticos de forma inusual, son tratados con condescendencia o incluso ridículo. En la cultura popular, las mujeres solteras son personificadas como lamentables que ponen su amor perdido en gatos. Los hombres solteros son pintados como patéticos que sin pareja no pueden cuidar a su mismo. Eso tratamiento crea inseguridad y pone mucha presión en buscar y encontrar pareja. En mi entorno, mis amigos de veintitantos ya están preocupados sobre si van a encontrar pareja.
No es algo malo si uno elegiría ser monógamo. Pero tenemos que aceptar que el enamoramiento suele durar 300 días y que después empiezan el aburrimiento y el monotonía. Sí que hay personas que siguen enamoradas después de decenas de convivencia, pero aquello sólo pasa con entre un 3 y 5 % de la población. Por consiguiente, un porcentaje similar debería centrarse en las relaciones monógamas, en vez de la mayoría de la población.



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