viernes, 1 de mayo de 2015

Bellas fotos en Moldavia (1): Katherine

http://smoda.elpais.com/articulos/asa-sjostrom-world-press-photo/5975
La historia de Ana Sjöström es inspiradora, y el mundo está notándolo. Sjöström es una mujer sueca que pasó sus vacaciones en Moldavia capturando la vida cotidiana de huérfanos por el lente de su camera. Ha ganado dos premios World Press Photo, y no es sorprendente por qué. Con solo su camera y un deseo de contar las historias de estos niños, Ana compiló una colección impresionante de escenas de la vida en el país más pobre de Europa.
La fotografía que ha ganado este año es impresionante, pero el resto de sus fotos merecen la pena echar un ojo también. Entre ellos, me ha impactado mucho una que muestra tres niños jugando con las ruedas de un coche. En el estilo típico de la colección de fotos, es una foto sencilla y escueta, pero me ha llamado la atención por varios motivos.
El primero es porque cuando yo era pequeña, una de mis actividades favoritas durante el descanso de clase en el colegio fue jugar en el “tire-swing”, una especie de columpio hecho con una rueda de un coche o camión. Estaba muy de moda entre mis amigas porque podías sentarte cuatro o cinco personas en la rueda a la vez mientras otra persona empujaba. Al ver esta fotografía de Sjöström, me ha recordado que aunque estos niños vengan de un país, una situación familiar, y unas circunstancias fatales, al final no son tan diferentes de los niños de los Estados Unidos. Todos los niños tienen esa inocencia, buscan la diversión en su manera creativa de ver el mundo, y sobre todo, merecen el amor y un futuro prometedor y lleno de posibilidades.
Mi segunda reacción a la foto ha sido una sensación aplastante de tristeza, porque aunque estos niños no son tan diferentes de una versión joven de mi misma, me hace darme cuenta de que probablemente no tienen ningún otro tipo de juguete. Por otro lado, siempre he tenido el confort cosas buenas en mi vida: juguetes, ropa, comida, diversión, amor, familia. Nunca me hacía falta nada. Quizás mi preocupación mayor con esa edad era quién de mis amigas tenía los vaqueros más guayes o el cuaderno más nuevo. Estos niños tienen una lista de necesidades y preocupaciones muy diferente. ¿Qué he hecho para merecer una vida tan bendita? ¿Por qué debería tener tanta abundancia cuando ellos no tienen ni un techo sobre su cabeza ni sus padres? Las fotos de Sjöström, además de mostrar una belleza sencilla, llegan a mi corazón.


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