martes, 21 de julio de 2015

La pequeña comunista (3): Katherine

http://smoda.elpais.com/articulos/nadia-comaneci-libro/6079
Antes de leer el artículo “Nadia Comaneci, la obsesión por la niña perfecta que no podía ser mujer” por Begoña Gómez Urzaiz, no sabía nada de la gimnasta Nadia Comeneci. Nací in 1990, y como no soy gimnasta ni muy involucrada en el mundo de gimnasia, esta historia y fenómeno era desconocido. Pero al leer el artículo, mi visión del deporte, y especialmente la relación entre el cuerpo de la mujer y el deporte, ha cambiado un poco.
Como tenista, siempre he tenido experiencias positivas con el deporte. Por supuesto había días cuando entrenaba y quería dejar de jugar y competir para siempre, pero reflexionando sobre mi experiencia en general, ha aportado algo excepcional a mi vida. Además, siempre había mantenido la opinión que el deporte puede ayudar mucho a los jóvenes—mujeres en particular—a tener más confianza en sí mismas. Este es algo muy positivo para chicas, como puede inspirar una autoestima mejorada y una imagen del cuerpo más sana; en lugar de mirar el cuerpo como un objeto, el deporte en parte mira al cuerpo como una especie de herramienta. No importa tanto como parezca, sino lo que puede hacer y cumplir. En mi mente, es diferente entrenar para ser sexy en un bikini que para ganar un campeonato, algo que una dedicación al deporte influye directamente. Por eso, el artículo ha abierto mis ojos un poco al otro lado de la moneda, y como en ciertos deportes, la imagen del cuerpo realmente juega un papel importante.
Por casualidad, vi algo relacionado a este tema el otro día en Facebook. Fue un video de un programa de televisión de Rumania que busca el talento. El concursante era una niña de no más de diez años haciendo el baile en barra. Fue increíble que esa niña tuviera tanto talento, pero también fue increíble que a alguien ocurriera de idea de enseñar una niña como bailar así, en una forma tan sensual y claramente no apropiada para su edad. Aunque esta situación es bastante diferente que la de Comaneci (y mucho más chocante), me hizo pensar en los mensajes que transmitimos a las chicas hoy en día sobre nuestro cuerpo.

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