Cuentan que Chicho Sánchez Ferlosio le cedió a Sabina una estrofa (Yo soy un moro judío que vive con los cristianos…) y que Sabina a su vez se la donó, escrita en una de sus célebres servilletas de papel, al uruguayo Jorge Drexler. A partir de esa estrofa compuso la canción. Así se escribe la historia: …nada se pierde, todo se transforma.
La canción aparece en 2004, en el álbum Eco. En 2005 volverá a publicarla en Eco 2, junto a la oscarizada Al otro lado del río. El 26 de septiembre de 2006 abandoné la ”música extraña”, me alié con el milonguero señor Arco, invitamos a la mejor de nuestras compañías, y fuimos al Principal para escuchar, mano a mano, a los hermanos Drexler (Jorge y Daniel).
Quizás no sea la que más nos guste, pero es su canción más nuestra, la más transfronteriza y mestiza, la más extranjera.
Nota: La posición de los adjetivos moro, judío y cristiano es perfectamente intercambiable.
Paciencia con el vídeo, que merece la pena:
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