miércoles, 4 de junio de 2014

2013/14 A relaxing cup of café con leche

Una relaxing taza de café con leche, pronunciada medio en castellano vallisoletano medio en inglés chonimacarrónico, marcó, en la tarde del pasado 7 de septiembre, el comienzo de curso. Perdimos la candidatura olímpica, pero se nos servía en bandeja de plata, sin buscarla, la que sería la primera frase de nuestra tradicional quiniela. 

Seguidos, juntitos y revueltos, de la mano, de dos en dos, como ya es habitual desde hace ocho años, personajes de distinto pelaje. Hasta quince. Un rey borbónico que, tres felipes más tarde, habilitará al sexto, que parece inevitable. Un entrenador canchero con pose de tahúr. Una secretaria general aficionada a las peinetas, de todo tipo, también verbales. Un cantante que dio la cantada las pasadas Navidades. Un escritor llorado. Una exalcaldesa aficionada al bridge y a los rallies urbanos. La sombra que asombra de un expresidente adepto a tomarse unos vinillos antes de coger el volante. Un actor irreverente. Un cantante de coplas que se supo adelantarse a la Plataforma Antidesahucios. Un Papa, el que no es Ratzinger. Un futbolista que se comió un plátano a modo de denuncia. Un escritor pétreo y un periodista peleón. 

Esa es la lista quinielística de declarantes de este año, con nombre y apellidos. Si la damos completa es porque, a la publicación de esta entrada, el concurso ya ha terminado. A su lado, separados por una fina línea, compiten jueces estrellados, profesores tertulianos, humoristas malagueños, actores profesionales, también políticos, princesas de clase media, cantantes y cantamañanas. La participación ha sido alta, y la capacidad del alumnado para no caer en la trampa es la más sólida prueba de su adaptación al medio, ya sea por información, por intuición o por simple copia y pega.

Entre tantos bocachanclas vocacionales y bocazas ocasionales, ya ni siquiera resulta necesario afinar los oídos para llegar a distinguir las aves cantoras de este desafinado coro. Pían, ladran, maúllan, mugen, cacarean… como en una fiesta de fin de curso de Rebelión en la granja, como el crepitar del fuego de esta hoguera de vanidades llamada mundo. Inmundo. La monda.






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