Presentación de "El Rincón del Gato" y "El Paredón de Lenguas"

Al hilo de las manada de gatos del Departamento, Melmoth el Errabundo -alias Gato Bro(n)x-, en calidad de nuevo encargado de la sección de Actividades Extraescolares de esta EOI, ha puesto en marcha "El Rincón del Gato" y "El Paredón de Lenguas". Sobre las aspiraciones y deseos puestos en su inauguración, ha escrito un texto que estamos muy ufanos, orgullosos y encantados de publicar.

Estimados todos:

Con esta nota quiero anunciaros que el próximo día 1 de octubre inauguraremos una exposición retrospectiva de linograbados de Andrés Guerrero. Serán trece obras que colgaremos en la pared que hemos bautizado como Rincón del Gato y que está situada en frente de Conserjería, ligeramente sesgada a la izquierda.

Nuestra intención es organizar una exposición cada mes, preferentemente con obras de trabajadores o alumnos del centro. Tengo ya comprometido el paredón hasta el año que viene. Ante la previsible dificultad para encontrar artistas, me pareció que debía hacer la programación de las exposiciones con bastante antelación, pero el curso es largo y mi agenda no está ni mucho menos llena. Si alguien estuviera interesado en participar en la iniciativa, deberá dirigirse a mí para tratar de la cuestión.

Os animo a hacerlo por distintos motivos, entre los cuales señalo que mostrar en público el trabajo artístico propio, una vez superados los frecuentes reparos iniciales, suele producir beneficios de todo tipo, anímicos, fundamentalmente, pero a veces incluso hasta venales. Además, cosas así redundan positivamente en el entorno familiar y laboral. Desde aquí y en calidad de vendedor de mi iniciativa, os aseguro que las propiedades terapéuticas del Rincón de Gato no podrán ser puestas en duda más que por quien no haya tenido la dicha de conocerlo.

El Rincón del Gato es heredero intelectual de los Cuatro gatos de español, que ya intuyeron el valor comercial de esta especie de privilegiada esquina del Bernabeu. Es un lugar de paso de mucha gente, quizá demasiada, pero ante previsibles aglomeraciones de público procederemos a suspender la exposición mediante un sistema silencioso de recogida automática de los cuadros que maravillará a cuantos estén presentes cuando sea accionado. En su lugar volverán a aparecer las listas de aceptados, condenados, absueltos, sancionados, réprobos e inasistentes que un día estuvieron allí expuestas.

En este trocito de pared que une Domingo Miral y Violante de Hungría solo pretendemos que las enfermeras y médicos, los estudiantes de trabajo social, los ociosos varios y sobre todo nuestros alumnos se paren un instante a contemplar, atraídos quién sabe por qué, una línea sinuosa, quizá, un color tenue o chillón, una foto provocativa. Hasta el aburrimiento nos vale como motivo. Así, además de deleitar enseñando y viceversa, contribuiremos a que disminuya el número de las curiosas consultas que hacen a los conserjes. Estos días he pasado bastante rato con ellos y he oído algunas de las intrincadas preguntas que les dirigen, como, por ejemplo, ¿Entonces, si el plazo para pedir cambio de horario todavía no ha empezado me tengo que esperar a que empiece para pedirlo o lo puedo pedir ya? O también, Si el director ha cambiado y es mujer ya no se llamará Javier Martín, ¿no? Solo con mucho arte se puede responder a semejantes cuestiones. Esperemos que baste un segundo de recogimiento en el Rincón de Gato para que entiendan que la respuesta está en el interior, como diría la Bestia.

Sé que entenderéis lo que escribo en broma y lo que escribo en serio. De esto último, quiero destacar la invitación a que participéis como expositores. Y, si no es así, os pido que, por lo menos, dejéis un comentario en algunos de los idiomas que enseñamos. A la vuelta de la esquina, en lo que hemos bautizado como Paredón de Lenguas, hay depositadas una papeletas destinadas a ello. Por último, os pido que comuniquéis a vuestros alumnos que, si están interesados en exponer, deben dirigirse a mí y también que nuestro deseo de recibir el mayor número posible de comentarios es inmenso.

Javier Brox