Mi ciudad está en la orilla sur del bien conocido lago de Constanza (que se llama Bodensee en alemán). La frontera con Suiza está muy cerca del Constanza y también hay al otro lado de este lago una frontera con Austria, el tercer país bordeando el Bodensee.
Constanza es una ciudad pequeña con unos 80000 habitantes y una superficie de solo 55,65 kilómetros cuadrados. Sin embargo es simultáneamente antigua y moderna. Tiene una historia impresionante, manifestándose en los monumentos y obras de arte de Constanza, pero también está la universidad, elegida como de élite el año pasado, de modo que los estudiantes de esta ciudad forman parte del carácter juvenil de Constanza.
Si algún día visitas Constanza, ten en cuenta las siguientes cosas: Deberías nadar en el lago o, al menos en invierno, disfrutar de una de las estupendas termas alrededor del lago. También podrías saltar de un puente y cruzar el lago nadando con mucha gente que cada año cruza el Bodensee.
Me llevaría de España un bañador, una pelota de vóley playa y, si pudiera, una bici, porque Constanza ofrece muchas posibilidades para los deportistas a los que les gusta la naturaleza.
Me traería a España, idealmente, el lago, pero, para ser más real, al menos el cuerpo y la mente sanos, satisfechos y felices, y me traería a la mente la idea de volver.
Mi ciudad ideal sería como Constanza, es decir, que a todos los hermosos edificios podrías llegar fácilmente en bici. La ciudad estaría llena de música, cultura, teatro y deporte, la gente disfrutaría del tiempo juntos y tendría muchas ganas de hacer e intentar cosas nuevas, actividades especiales e intercambios personales.
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