Porque tiene un sifnificado que depende de la frase, bueno o malo. Me recuerda cuando hago algo que sorprende a mi novio: él siempre dice "¡jo!".
Entonces, cuando no puedo pronunciar una palabra en español digo "¡jo!" también. Pero nunca digo "¡joder!", te lo juro.
(Por Usanee Suwan)
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