Ildikó

Existe la perfección?

Estar de moda ya no sólo significa ponerte la última prenda o la más moderna de las pasarelas. Ahora miran más por debajo de la material. No es nada nuevo que una gran cantidad de las mujeres dedican mucho tiempo a buscar defectos físicos en sí mismas. También somos conscientes de que para ellas la perfección no existe y que siempre quiren sacar el máximo de sus cuerpos aunque esto resulta muy a menudo innecesario.

Cada dia se juntan más y más hombres a esta locura y muy parecidos a las mujeres, crítican duro sus aspectos físicos. Gracias a estar descontentos infinitamente ha nacido un negocio próspero como la cirugía plástica. La falta de tiempo, la presión de la sociedad y la exigencia creciente ya es suficiente para que la gente entre al quirófano.

La lista de los aspectos que más detestan las mujeres parece interminable. Para la cirugía estética resultan operaciónes rutinarias: el aumento de pecho, la operación de nariz o de oreja, el botox o quitarse grasas superfluas. Son tan habituales como comprarte unas botas nuevas.

A mí personalmente , me sorprendió mucho al venir a Espan~a que la mayoría de la gente ( sobre todo las mujeres) estuviera tan adicta a la belleza y que fuera capaz de gastar mucho dinero para sentirse más guapa. No quiero decir que en Hungría todo el mundo esté contento con su cuerpo pero sólo una capa muy estrecha se permite el lujo de tener grandes pretensiones y pagar para que se vea más atractiva.

Por supuesto la televisión posee un poder enorme y es que le trasmite a la población una imágen perfecta pero falsa del cuerpo deseado y le hace creer a todos de lo normal que es y que es un ejemplo para seguir.

A mí me parece una tontería que las personas sólo encuentren la felicidad através del aspecto físico. Además es un proceso que no puedes controlar, ni frenar. Te arrastra totalmente y si seguimos en el camino de la cirugía, dentro de poco sólo estará de moda la artificial. Mi opinión es que la verdadera belleza halla en la naturalidad y en nuestra personalidad.

Ildikó László