He estado pensando a cerca del tema propuesto y me acordé de una reciente entrevista que oí en el programa La Nube. Él entrevistado decía que hoy sufrimos de un nuevo síndrome, la de Roberto Carlos, haciendo referencia a la popular canción brasileña “Yo quiero tener un millón de amigos”
Según él, parece ser que el intercambio de pedidos de amistad y, por supuesto, tener una grande lista de amigos, conviértenos en personas, supuestamente, más populares, admiradas y exitosas.
Por otro lado, el grande éxito de las redes sociales, en especial Facebook - considerando la gran cantidad de tiempo que se dedica para redactar el informe diario de las actividades, publicar fotos y comentarios etc... - es otro síntoma de este Síndrome.
Además, es interesante que no se publica cualquier información; más bien aquellas que transmiten un mensaje de suceso, éxito y felicidad. O sea, las fotos son las mejores y más guapas; las vacaciones y viajes, las más interesantes y exóticas; las fiestas, las más divertidas y con la gente más popular.
Resulta, no obstante, que todo eso es poco más que ilusiones, quimeras porque la mayoría de los amigos no lo son realmente, La amistad implica convivió, partilla y complicidad y eso, evidentemente, no existe. El “reality life”, por su vez, son apenas fragmentos, recortes, una edición mejorada donde cada un elige lo que quiere exhibir.
Por lo tanto, se olvida dos cosas básicas y que realmente dan sentido y base a la vida: la cercanía y el cotidiano, porque es ahí donde realmente vivimos, sentidos y nos relacionamos.
Finalmente, la pregunta que se me queda es ¿por que y cuando empezamos a desencantarnos con la vida verdadera, con los pocos, pero leales amigos, con el preservar nuestra intimidad?
Vera Ferreira/ Oct.2012.
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