sábado, 17 de noviembre de 2012

Tatiana K.

300 Zapatos

Las mujeres y los zapatos, los hombres y los motores, los adolecentes y la tecnología... ¿ Qué relación hay entre ellos? Y ¿De dónde viene esa obsesión por los objetos? La respuesta, creo, radica en los tiempos en que vivimos. 

Con el transito de una época a otra cambian y se modifican nuestras vidas, valores y necesidades. Cuanto más avanzamos e inventamos cosas nuevas, estamos más pendientes de ellos. Siempre, al descubrir algo, el siguente paso es su transformación en un elemento de belleza y estatus. 

Si, hubo un tiempo cuando no teníamos ni idea sobre los calzados, y cuando los inventamos y fabricamos para nuestra comodidad. Hubo un tiempo cuando las piernas no eran objeto de admiración, por eso, los zapatos no tenían mucha importancia y no eran una parte imprescindible del vestuario, se daba más relevancia a otros detalles: vestidos, gorros, sombreros, etc.. Y solo en el siglo pasado, cuando la revolución de la minifalda irrumpió el mundo de la moda, los zapatos empiezaron a tomar fuerza y formar una parte imprescindible del cuerpo de la mujer. 

Podemos hacernos un millón de preguntas sobre nuestras necesidades y obsesiones, y la respuesta será siempre la misma. El papel más importante de nuestras obsesiónes lo crean los diseñadores. Cuantos más modelos inventan de diferentes colores y formas, más interés y más ganas tenemos de adquirirlos. La belleza siempre ocupará el primer lugar en nuestras vidas.

Tatiana Kalandarova

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