viernes, 8 de febrero de 2013

Tania

"La procrastinación efciente" - suena de lujo. 

Con el ritmo de la vida que llevamos solo podemos permitirnoslo un rato. 
¡Tan difícil de pronunciarla y tan fácil de cumplirla! 
Yo la dividiría en dos grupos: permanente y inconstante. 

En el permanente me referiría lo que obtuvimos del nacimiento por la naturaleza, las circunstancias climaticas, el ambiente y relaciones que afectan y animan a seguir de ese modo, sin cambios. Creo que por la actitud de las personas de ser lentos y vagos al relacionarse con las personas activas llegan a un conflicto e incomprensión total. 

En el segundo grupo me referiría lo que hacemos casi todos temporalmente. A veces tener una vida activa e estresante, te cansa y entonces, aqui viene en ayuda esa acción. También la procrastinación aumenta con la edad, cuantos más años cumplimos, provoca que queramos más tranquilidad. 

De vez en cuando hacerlo no es tan malo, nos ayuda para que tomemos un descanso y recuperemos fuerza. 

¡Asi qué si podeís permitíroslo, hacedlo para vuestro bienestar espiritual y conseguireís un buen karma!

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