lunes, 8 de abril de 2013

Vera F.

(Enlace al artículo de El País) En primer lugar el artículo me pareció un tanto excesivo cuanto a la citación de autores, sus libros y la reseña de sus contenidos. Yo no conseguí captar muy bien el propósito de la autora, si lo hace con intención de recomendárnoslos, o como advertencia de que la industria literaria, dirigida a las mujeres, mantendrá su filón de mercado explotando lo de siempre: las paradojas, los temores, los desafíos, el imagen, la moda, o sea, todas estas cosas que parecen ser exclusivas del universo femenino. Me llama la atención, no obstante, que el universo femenino continúe suscitando tanto que hablar, y escribir, especialmente si se considera el tema desde una perspectiva de ser o no feminista. Yo, particularmente, soy feminista y no es que esté en lucha contra el masculino, para nada. Veo el masculino y el femenino desde una perspectiva de complementariedad, por eso creo que es muy interesante la mirada analítica de los hombres en relación a los temas femeninos. No obstante, estoy de acuerdo con que, quizás, un hombre no sea capaz de hacerlo con este toque de “experiencia vivida”. A pesar de no leer mucho a cerca del femenino o el feminismo explícitamente, estos son temas que siempre permean la literatura y, francamente, hasta hoy nadie superó la grande impresión que me causó mujeres como Simone de Beauvoir, en “El Segundo Sexo”, Rosa Parks, la activista negra, o Virginia Woolf, en “Una habitación propia”. Para mí, la relevancia de la cuestiones abordadas por estas dos mujeres siguen sendo imperativas en la lucha por la igualdad y el respeto a la mujeres y, por eso, yo sigo sendo feminista. Quizás esa perplejidad, la extrañeza, o la ironía con que estas autoras desarrollan sus textos sea una forma de expresar este sentimiento común – el reconocimiento de que a las mujeres se sigue atacando, oprimiendo y desafiando. De cualquier forma es bueno saber que el pragmatismo de la industria y su capacidad para explotar cosas tan intimas del universo femenino - no sólo material sino sobretodo emocional - con ánimo de venta y lucro, está sendo rebatido por mujeres con sentido de humor, con creatividad, con libertad de expresión y, en especial, con conciencia del valor de ser mujer. Y para concluir, me acuerdo que otro día oí a alguien declarar que “hoy en día carecemos de héroes”. Yo no lo creo; para mí las verdaderas heroínas de los días actuales son justamente las mujeres. Quizás no exactamente esa mujer que se preocupa por su pubis, el vestido, o los consejos para parecer moderna y estar estupenda. Me refiero, por ejemplo, a las mujeres inmigrantes, a las mujeres negras, a las mujeres trabajadoras, a las mujeres que crían a sus hijos solas, a las mujeres con más de 40 años; a las mujeres que sufren, luchan, sueñan, resisten; a las mujeres que tienen un pié en su lucha cotidiana y el otro en las esperanzas e ilusiones del futuro.








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