(Por Ella Frehtman)
Chisinau es la capital y el más grande municipio de la Republica de Moldavia, tiene una población de casi ochocientos mil habitantes. Fue fundada en 1436 y su nombre proviene de una fuente que hasta ahora se sitúa en la ciudad. Tiene muchísimas zonas verdes, árboles antiguos, y puedes encontrar tres tipos de arquitectura urbana y de templos – europeo, turco y ruso, - que se convierten en un estilo único rumano o moldavo.
Es el centro de la industria, política, economía y cultura del país, así que tiene edificios estatales importantes, universidades y escuelas, teatros y museos, y muchos lugares del ocio. Las calles no son muy limpias y hay bastantes edificios viejos y abandonados, pero también hay otros que no puedes encontrar en ningún otro sitio.
Cuando estés en Chisinau, deberías ir al Monumento a Esteban III que está justamente en el centro de la ciudad, a ver el héroe principal de la República. Bueno, el monumento mismo no es muy bonito, pero tiene gran importancia para los ciudadanos y es el primer sitio para encontrarse, cómo El Cortes Inglés en España. También ahí al lado hay un parque central, que está precioso en Mayo.
La segunda cosa que deberías hacer, es ir a algún concierto musical, visitar un restaurante (alguno en la calle Mihai Eminescu) y un salón de belleza. Todas estas ofertas de ocio son bastante baratas en Moldavia en comparación con Europa y el servicio no es tan malo. A propósito, el servicio de fotocopias está 15 veces más barato. Y la última cosa que deberías hacer, es coger el transporte local, que lo representan unos minibuses, hay 60 líneas que circulan por toda la ciudad y los próximos pueblos. Estos coches son horribles y muy incómodos y se las ingenian para meter unas 40 personas en un coche con 14 plazas. Y no puedes hacer nada.
Me llevaría a Chisinau unos zapatos fuertes porque siempre hay piedritas y fango por las calles; un poco de paciencia, porque la sentirás necesaria; y buen humor.
Me traería de Chisinau la comida, a la cual estoy acostumbrada, como los cereales que son mi comida principal; mis flores preferidas, que se venden en una cantidad enorme en las calles; y una bufanda gorda para resistir los vientos de Zaragoza.
Mi ciudad ideal sería grande y desarrollada, con la vida más cultural que podría ser, con muchísimos eventos y escuelas interesantes; con gente abierta a nuevas ideas y con un gobierno emprendedor. El clima sería suave, con más días calientes al año y menos lluvias.
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