Al decir zombie, se me ocurren tantas cosas que no sé por dónde empezar…
En primer lugar hay que corroborar que en estos últimos años, que desgraciadamente son muy duros y lamentables en cualquier circustancia, vivimos rodeados de muertos vivientes.
Hungría támpoco es ningúna exepción. La única diferencia se hace ver en la adaptación del concepto zombie. Nosotros encontramos nuestro consuelo en el llanto, todavía no hemos llegado a reírse de él. En nuestro país también nos persiguen los pisos zombies…
Además cerca de mi pueblo se esconde una ciudad pequeña y abandonada, mejor dicho una zona, donde la gente se encuentra frente a edificios muertos y conceptos fracasados. Lo único vivo es la vegetación que casi cubre todo.
Lo del efecto ”banco zombie” ya ni hablar… Al robar y exigir a la gente el banco muestra su perfil más vivo, en cambio cuando la sociedad requiere su servicio… Es mejor decir ”Adiós” al dinero. Es injusto? Claro que lo es para nosotros, pero para ellos, solo significa un muerto más.
Luego lo más curioso y extraño para mí es el perfil zombie. Todo tiene su límite excepto al engañar y despistar a nuestro jefe.
Vivimos entre perfiles falsos, por un lado tenemos facilidad para mantener una vida lejos del trabajos pero, por otro a veces ya nosotros mismos no sabemos cuál es el real y cuál es un montaje.
El otro día , mi amiga me contaba la nueva vigilancia en el despacho que utiliza el ’boss” para pillarte mientras navegas por el Facebook. Es un programa que requiere conección de internet y cuando le das el botón de entrar a los redes sociales tu gran amigo, el ordenador, se transforma en una chivata en menos de un segundo. Después de todo esto ya se te consideran a ti un muerto viviente y sin duda viene al mundo el nuevo concepto: empleado zombie.
Hay que poner las pilas para que los científicos encuentren vida fuera de la Tierra porque si todo sigue así, dentro de poco tiempo necesitarémos reservas.
Me encanta, así sin más.Super simple y claro ;)
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