sábado, 30 de marzo de 2013

Eva B.

(Enlace al artículo de El País)
¿Existe lo que idealizamos como amor eterno?” El amor eterno está siendo cuestionado por algunos investigadores que afirman que se deberá “pensar el amor” de una manera más amplia. Según eses estudios el amor se puede manifestar no sólo en el romance o el compromiso, pues ello se vuelve demasiado restrictivo, limitando seguramente la salud y la felicidad de cada uno. A fin de cuentas es verdad que cada persona, conforme la situación y su sensibilidad está habilitada a emocionarse o a enamorarse por pequeños momentos – y no es necesario que ocurra con quién amamos – podemos nos enamorar por sencillos momentos que compartimos con un compañero de clase, con el intercambio de experiencias vividas, con los momentos solazados que un profesor desencadena en una clase…;) Al fin y al cabo, los estudios no niegan el amor incondicional pero señalan otras dimensiones del amor que podrán servir como “receta” para una relación más perene y más placentera y que ayudaron a encontrar otras formas de amar, a quien se encuentra solo. En este sentido y con el objetivo de demonstrar otras teorías, una antropóloga, que estudia la atracción romántica interpersonal a más de 30 años, ha venido a comprobar que las áreas cerebrales de sus “cobayas de ensayo” siguen activas cuando se refieren a sus parejas tras 25 años de relación.




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