Hace dos años, tres amigos y yo fuimos de viaje a Xia Men. Es una ciudad llena de olor de flores y alrededor de ella hay islas turísticas. Imaginábamos que era na paraíso de tranquilidad. La isla es agradable, alejada del ruido y del estrés de la vida cotidiana. Fuimos en tren, vimos montañas llenas de enormes árboles, ríos verdes y pueblos con construcciones tradicionales. Llegamos a las 7 de la noche, vino una amiga a recogernos. Primero fuimos al hotel para dejar las maletas, luego nos llevó a un centro comercial lleno de comidas tipicas de la zona.
Al día siguiente nos teníamos que levantar a las 5 de la mañana, porque la amiga nos llevaba a ver amanecer. Llegamos a una isla llamaba Gu Lan Yu, nos sentamos encima de la arena, y enfrente había una playa hermosa. Después del desayuno, empezamos a visitar la isla. Entramos a un museo de cera. Era un museo lleno de figuras sobre personajes famosos. Había muñecos de cera de Beckham, de Ronaldinho, de Mao… y al lado de cada figura había una historia sobre el personaje. Por la noche nos cansamos de las visitas y fuimos a cenar a un restaurante que estaba en la última planta de un edificio de unos 200 metros. La cena fue bastante romántica.Vimos las luces de la ciudad, parecía que eran estrellas temblando. Al acabar la cena bajamos a coger un taxi para volver al hotel, pero los taxis huían de la gente y estuvimos una hora esperando. Al final volvimos andando durante dos horas. Cuando llegamos al hotel, a todos nos dolían los pies. Así acabamos nuestro viaje maravilloso e infernal a la vez.
Xinmiao Chen
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