(Por Emilia Knobloch)
Vivo en Munich, la capital de Bavaria, que está en el sur de Alemania. En Munich viven aproximadamente 1,4 millones de habitantes. Así, es la tercera ciudad de Alemania en cuanto a tamaño. Ya desde hace muchos años Munich tiene una gran importancia en Alemania. Ha representado siempre una ciudad atractiva también para los extranjeros. Sin embargo, nunca ha perdido su ambiente de pueblo grande gracias a sus calles pequeñas, sus parques y su tradición bávara, que todavía se puede encontrar en algunos lugares.
Vivo en Munich, la capital de Bavaria, que está en el sur de Alemania. En Munich viven aproximadamente 1,4 millones de habitantes. Así, es la tercera ciudad de Alemania en cuanto a tamaño. Ya desde hace muchos años Munich tiene una gran importancia en Alemania. Ha representado siempre una ciudad atractiva también para los extranjeros. Sin embargo, nunca ha perdido su ambiente de pueblo grande gracias a sus calles pequeñas, sus parques y su tradición bávara, que todavía se puede encontrar en algunos lugares.
Munich es una de las ciudades más famosas en Alemania, lamentablemente para muchos solo por su cerveza y su “Oktoberfest”.
Si yo fuera tú no iría a Munich durante ese tiempo. Junio es el mejor mes para visitar la ciudad. Te recomendaría disfrutar la mañana en los cafés del barrio de los estudiantes que se llama “Schwabing”. Al mediodía comería algo en el “Atzinger”. Es uno de los pocos restaurantes baratos y buenos a la vez. Este restaurante ha mantenido hasta ahora el encanto de los restaurantes de Bavaria. Continuaría mi paseo por el Jardin Inglés, “Englischer Garten”.
Durante el verano toda la gente de Munich queda en este parque. Allí te puedes encontrar con grupos de música, te puedes bañar en el río de hielo ( ¡ten cuidado!, el agua está muy fría, como ya indica su nombre) y finalmente se pueden ver los surfistas que se balancean sobre la única ola inmóvil de toda Alemania.
Me relajaría después de ese paseo en un Jardín de Cerveza. La gente de Munich se reúne con sus amigos en estos lugares. Son plazas cubiertas de árboles viejos y donde te puedes llevar tu propia comida. Allí solamente se vende cerveza. Si yo fuera tú compraría un “Brezl” ( un pan especial) y “Obadzder” ( un queso especial), los llevaría a este jardín, pediría una cerveza con limón y pasaría toda la tarde allí. Para terminar el día visitaría la plaza del ayuntamiento, “Marienplatz”. Aquí recomendaría subir a la torre del “Alter Peter”. Es una iglesia al lado de esta plaza. Una vez arriba tienes una vista maravillosa de toda la ciudad, incluso si hace buen tiempo se pueden ver los Alpes.
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