La primera vez que discutí de nuestro problema científico con mi jefe de España, estaba muy nerviosa y no podía decir nada. Antes no hablaba en inglés mucho y nunca había estado en el extranjero.
Al principio yo tenía miedo de decir algo incorrecto. Cuando empecé a discutir yo me di cuenta de que olvidaba todas las palabras en inglés y que no podía explicar nada.
Cuando estaba en su oficina yo estaba ahora caliente, ahora fría. Casi me desmayo.Yo creo que mi jefe pensó que yo era muy extraña.
Pensé que si nuestra discusión duraba más tiempo me desmayaría.
Pero al final todo fue bien. Ahora hacemos reuniones casi cada día y yo hablo en inglés muy rápido y no tengo miedo a hablar.
Tetiana Slipchenko
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