Mi ciudad ideal sería con menos coches por la calle y una naturaleza más abundante, para que las personas pudieran respirar un aire más puro, sin tanta contaminación, como la que tenemos hoy en los grandes centros urbanos.
Me encantaría que una de las características principales fuera la tranquilidad, es decir, una ciudad menos ruidosa.
Además, me apetecería que las calles no estuvieran estropeadas, para que las personas que hacen uso de las sillas de ruedas pudieran cruzar las calles sin problemas.
Desearía que la tendencia actual en las ciudades de separar los barrios residenciales de los centros comerciales o zonas de ocio desapareciera, a no ser que los barrios fueran menores y no estuvieran tan distantes uno de los otros.
Me gustaría que la arquitectura de las ciudades proporcionara unos diseños que cubriesen mejor todas las necesidades urbanas, creando sistemas autosuficientes, capaces de regenerarse y controlarse a sí mismos.
También preferiría que la gente tuviera más seguridad en lugar de tener miedo de caminar por las calles, que cada uno fuera dueño de lo suyo y que nadie le pudiera arrebatar la felicidad a nadie.
Por fin, mi ciudad ideal tendría que estar adaptada a todo y a todos, respetándolos en todos los aspectos.
Joyce Aragao
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