jueves, 13 de agosto de 2015

Caligrafías (2): Leticia

http://smoda.elpais.com/articulos/hacer-caligrafia-la-nueva-meditacion/6156
Hacer las cosas a mano no sólo puede resultar más económico, sino que además tiene un valor añadido: la satisfacción personal para crear algo uno mismo. Con esto no quiero decir que nos ponemos a fabricar muebles con nuestras propias manos (aunque se montar los propios muebles tras recoger las piezas descabaladas en un IKEA me parece mas o menos igual). Pero si intentamos a hacer cosas como nuestros abuelos: plantear plantas y hortalizas, convertir una rama en un perchero, tapizar unas sillas, ir a clases de costura, hacer una falda o una bufanda, customizar un bolso etc... no solo has ahorrado dinero, pero la satisfacción de una obra terminada en la que has puesto mucho de ti mismo, es una sensación que no se puede comparar con nada.
La verdad es que en un mundo en que la tecnología se esta avanzando con una rapidez alucinante, la gente siente la necesidad de comprar cosas hechas a mano y exclusivas, la que son aun imperfectas y particulares, justo como nosotros. Esto fenómeno esta apareciendo cada vez mas en los países occidentales, exactamente en las ciudades muy metropolitanas como Nueva York, que se están convirtiendo en uno de los líderes en este asunto. Puede ser que la gente ya esta aburrida, agotada, sofocada con los productos industriales, o como les llaman allí cookie-cutter (molde de galletas) e ya no aceptan mas la definición de cultura como crisol (melting pot) o molde étnico.
Cada vez conozco a más gente que vuelve a la artesanía, a lo hecho a mano, y esto a mi personalmente me fascina, porque creo que lo mas que conservamos la originalidad lo mas consarvemos la cultura y la naturalidad que nos caracteriza como seres humanos.

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