martes, 19 de junio de 2018

Campanadas


Las fotografías llevan fecha del 22 de diciembre de 2017. Aquella mañana, en los estudios de la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión había un ajetreo inusitado. No tanto por el sonsonete de la lotería sino porque ese era el día elegido para grabar el Especial de Nochevieja. 


Presentadores con traje y pajarita, en paridad con presentadoras de ajustados vestidos brillantes se preparaban en perfecto flashforward para ese ingrávido momento, ambiguo donde los haya, en el que las 24:00 del día 31 pueden ser las 00:00 del día 1, según los recientes manuales de estilo del viejo gremio periodístico.


La consigna recibida por parte de nuestra amable guía fue que no desveláramos nada del programa, que nada de hacer fotos a los profesionales que estaban trabajando, que tan solo a la gente del grupo. Tan alto fin estaba destinado a no destripar una gala cuya enlatada gracia dependía de que nosotros no nos fuéramos de la lengua. De ahí que, ante tanta responsabilidad, hayamos guardado celosamente el reportaje hasta este momento.


Antes de pasar al brindis fin de fiesta, los alumnos se afanaban por prestar atención al léxico comunicativo, y lo cierto es que aprendieron mucho más que en una clase cualquiera. Hasta 12 lecciones anoté en mi libreta:

Que Aragón se escribe con ge


Que las sonrisas no salen en radio

Que un plató no es un lugar donde poner el pollo sino un sitio para montarlo

Que un pinganillo no es una modalidad de carne picada ("-Profe, ¿ha dicho picadillo?")

Que el 16:9  no está sacado del Kamasutra

Que el autocue no es un vehículo eléctrico
 
Que el chroma no es el femenino de cromo

Que un monitor no es solo un profesor de zumba

Que la TDT no es un explosivo

Que la alta definición no es el fino olfato de los diccionarios

Que un botijo es un botijo

Que el backstage es el backstage...

Y que, por un día, Chino chano, salimos de El avispero, cruzamos el Ebro y nos fuimos hasta Oregón. Y que fue La pera limonera, porque Menudo es mi pueblo:


Poco después, ya en vivo y en directo, nos fuimos -ahora sí- a brindar de verdad, a nueve días de esa gran cita con 2018. Y mantuvimos el secreto hasta hoy. Eso que ya sabíamos. Que la lotería volvió a pasar de largo, que los cuñados no se redimen, que la Pedroche fue la más vista y que las uvas digeridas y no digeridas en la última cena del pasado año, como las de esas lecciones recién engullidas, sumaban doce.

¡Salud!

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