jueves, 14 de octubre de 2021

DANIEL VIERGE

Fue un destacado dibujante e ilustrador que obtuvo en su época un importante reconocimiento internacional. Nació en Getafe (Madrid) en 1851.

Su padre, Daniel Vicente Urrabieta, era ilustrador y frecuente colaborador de La Ilustración Española y Americana.

Los tres hijos de Daniel Vicente Urrabieta, familiarizados con las reproducciones que su padre hacía de grabados y pinturas de Goya y Velázquez, fueron a su vez dibujantes.

Daniel Vierge tomó el apellido de su madre para firmar su trabajo con el fin de diferenciarlo del de su padre y sus hermanos.

Se formó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde tuvo a Federico Madrazo y Carlos de Haes como maestros.

La inestabilidad política y económica del país propició que la familia se trasladara a Francia. En París empieza a publicar en Le Monde Illustré. En esa época el dibujo y la ilustración acompañaban al texto en los periódicos de forma ornamental y accesoria.

Las ilustraciones de Vierge supusieron una renovación de la ilustración en la prensa.

Agonía de la Comuna

Ilustraba las informaciones bélicas con dibujos que representaban acciones reales como un auténtico reportero de guerra, en un momento en que la fotografía no podía captar escenas dinámicas, sino retratos y paisajes de carácter inmóvil.

Dibujaba del natural, lo que le supuso ser detenido en alguna ocasión por ser considerado sospechoso de espionaje.

Daniel Vierge permaneció en Francia cuando gran parte de la familia decidió regresar a España. Su padre, su hermano Samuel y su hermana Dolores le enviaban bocetos y dibujos sobre hechos noticiables de España que Daniel redibujaba para su publicación en Francia. Lo mismo hacía con dibujos que recibía de otros artistas corresponsales en otros países.

Los carlistas, vencidos en Montejurra, transportan a sus heridos


Su fama fue aumentando. Víctor Hugo hizo que las ediciones de varios de sus libros fueran ilustradas por Vierge.

De sus dibujos se elogió su composición, la excelente recreación ambiental (especialmente en los temas españoles), su dinamismo, así como su imaginación y sutileza.

En la época los dibujos se reproducían mediante la xilografía. Un grabador, que normalmente no era el artista original, transfería el dibujo grabando en plancha de madera su interpretación. A partir de ahí se imprimía, con una desvirtuación mayor o menor del original en función de las limitaciones del sistema y de la habilidad del grabador.

Vierge, descontento con esto, inició la aplicación del fotograbado a la impresión de ilustraciones. Con la colaboración de Charles Gillot pudo elaborar placas de metal a partir del dibujo original.

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Esto superaba las limitaciones que tenía la xilografía para imprimir masas negras y líneas finas y suponía mayor fidelidad al original.

Vierge podía dibujar ahora a un tamaño considerablemente mayor que la reproducción final. El sistema favoreció el empleo de la pluma y la tinta para ilustrar.

Su reputación se reafirmó con la publicación en Francia de Don Pablo de Segovia, de Quevedo.

A los treinta años tuvo una hemiplejia y la mitad derecha de su cuerpo quedó paralizada. Le afectó al habla y la memoria. No se le auguraba mucho tiempo de vida, pero logró sobreponerse en parte.

Recuperó parte de su memoria y movimiento corporal, aunque no la movilidad de su mano derecha. En su tenacidad pudo adquirir destreza, tras varios meses, para dibujar con su mano izquierda.

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Así pues, siguió dibujando. No podía leer ni escribir; para firmar tenía que copiar su propia firma como si de un dibujo se tratara. Se hacía leer los textos en voz alta.

Dedicó diez años a ilustrar el Quijote, para lo que volvió a España con el propósito de recorrer los lugares que aparecen en la obra: Argamasilla de Alba, el Toboso, etc.

No pudo ver la obra publicada. Murió a los 53 años.

Saludo de la cuadrilla

Sus méritos le fueron reconocidos en vida con trascendencia internacional como iniciador de la ilustración moderna. Influyó en notorios ilustradores, entre ellos Howard Pyle y Joseph Clement Coll.

 

 

 

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