El 21 de mayo llenamos nuestras mochilas con agua, protector solar, repelente de mosquitos y un bocadillo para pasar la mañana juntos en La Alfranca. El galacho de La Alfranca es un espacio natural protegido situado en Pastriz, junto al río Ebro y a tan solo 15 kilómetros de Zaragoza. Cogimos el autobús a las 9 de la mañana desde la puerta principal de la escuela, y en media horita ya estábamos allí. Como éramos más de 50 personas nos dividimos en dos grupos: por un lado los niveles más bajos (A1, A2, B1), y por el otro los más avanzados (B2, C1 y C2).
Nuestros guías nos explicaron que "galacho" es la palabra que se usa para denominar a los antiguos meandros abandonados a causa del cambio natural del cauce del río, y que esta zona tiene sus orígenes en la época musulmana. Su nombre se refiere a la exención de pago por el alquiler de esas tierras.
No solo paseamos juntos, sino que subimos a un mirador, escuchamos e identificamos los sonidos de varios pájaros, y aprendimos sobre unas rocas que se han formado a lo largo de los siglos en Aragón. Por lo visto, hace millones de años existía en esta zona un lago que se evaporó, y como resultado quedaron esas rocas con sabor a sal y que hoy podemos ver.
Después de parar para almorzar juntos entramos en el Centro de Interpretación de La Alfranca. Situado en el edificio del antiguo Convento de San Vicente de Paúl, este centro pretende dar a conocer los valores naturales de la Red de Espacios Protegidos de Aragón. Tiene varias salas para dar a conocer la fauna y flora del lugar, cuenta con un espacio con cantos y representaciones de animales característicos del entorno y ofrece, además, vídeos y exposiciones.
Fue una mañana muy agradable en la que aprendimos un montón de cosas, y a la vez nos permitió juntarnos y conocermos un poco mejor. Nos quedamos con muy buen sabor de boca, así que podemos afirmar que la excursión fue un éxito. ¡Pero no pudimos relajarnos por mucho tiempo! Al día siguiente organizamos todo para la fiesta de fin de curso. Este año contamos con un grupo de Argentina llamado Pumchimama, que hace música fusión de folclore con sonidos modernos. Crean versiones únicas de canciones, tanto tradicionales como internacionales, ideales para eventos.
Muchas gracias a todos por venir y por hacer que estos dos días fueran tan especiales y bonitos. Gracias también a Cisnito, que vino con su cámara para inmortalizar estos momentos y darnos estas fotografías tan alegres y llenas de color.
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