sábado, 1 de noviembre de 2025

Las meigas

Este mes hemos dedicado  un espacio en el tablón para dar a conocer a las brujas de Galicia, llamadas meigas. Las meigas son figuras centrales del folclore gallego, a menudo asociadas con la brujería, pero con una naturaleza ambivalente: pueden ser tanto maléficas como benévolas. Tradicionalmente, se les atribuyen poderes relacionados con la naturaleza, la adivinación, la curación o la magia. El dicho gallego "Eu non creo nas meigas, pero habelas hainas" (que se traduce como "no creo en las meigas, pero haberlas, las hay") resume esta percepción dual.

Galicia, Asturias y buena parte de León fueron durante mucho tiempo una misma provincia romana y, tras la caída de este gran imperio, el mismo reino suevo. Tienen un pasado común. por lo que que comparten una gran parte de su folclore e identidad. En estas zonas entienden a las meigas como mujeres poseedoras de misteriosos poderes mágicos. Tenían conocimiento y se mantenían apartadas del resto de la sociedad, lo que aumentaba su misterio. La gente acudía a ellas con preguntas, o buscando ungüentos y medicinas para solucionar sus malos, ya que eran reputadas curanderas. Cuando una de estas meigas lanzaba un hechizo, un maleficio o un mal de ojo, esto se llamaba  meigallo. Los efectos que podían tener iban desde que las personas o los animales enfermasen hasta que tuvieran mala suerte y todo tipo de desgracias.

La creencia en las meigas gallegas llegó a ser tan popular que ordenaron su excomunión, y no fueron pocas las mujeres quemadas en la hoguera acusadas de meigas. Entre ellas, la famosa María Soliña, una mendiga de 70 años acusada de brujería que fue brutalmente torturada hasta que confesó aquello de lo que le acusaban en el siglo XVII. Las gente la recuerda, más que como una bruja maléfica, como una pobre y desgraciada víctima de la Inquisición.

Hay varios tipos de meigas, y entre ellos destaca las chuchonas, consideradas las más peligrosas. Son malvadas y tienen la capacidad de cambiar su rostro y también la de transformarse en criaturas como asquerosos insectos. Al adoptar esta forma, estas se introducen en las casas por la noche para chuparle la sangre a los niños. Tras dos o tres visitas de una meiga chuchona, el niño fallece. Por otro lado, entre las buenas encontramos las curandeiras, que son mujeres que utilizan su conocimiento de las hierbas y la naturaleza para curar enfermedades y ayudar a otros. 

En la cultura gallega se cree que poseen poderes sobrenaturales y la capacidad de influir en el destino de las personas. Para protegerse de sus malas intenciones, los gallegos emplean diversos amuletos y rituales, como las herbas de San Xoán (hierbas recogidas en la noche de San Juan) y la famosa queimada, una bebida alcohólica que se consume en una ceremonia especial para ahuyentar a los malos espíritus.

¿Las conocías? ¿Crees en ellas? 


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