sábado, 8 de diciembre de 2012

Tatiana K.

Cuentos de Hadas 

Los cuentos de Hadas que conocimos en la infancia nos llevaron del mundo real a otro imaginario, lleno de misterio, magia, romanticismo e ilusiones. Éramos inocentes, creíamos en ello y lo vivíamos. Con ellos aprendimos a distinguir lo bueno de lo malo. Nos imaginábamos que éramos esos personajes: princesas, príncipes o héroes que luchaban con dragones, piratas, brujos, etc. Éramos capaces de hacer cualquier cosa por imposible que fuera. Y lo más importante era que siempre tenía un final feliz. 

Al crecer, empezamos a leer otro tipo de literatura, pensamos en otras cosas, olvidamos nuestros sueños de la infancia. Pero algún día, cuando volvamos a leer los cuentos para nuestros hijos, o si en algún momento volvemos a oírlos, los vemos de otro modo; el dulce sentimiento de la infancia vuelve a visitarnos, sonreímos y ponemos en marcha nuestra imaginación, sin la misma magia y sin el mismo misterio de antes, pero los adaptamos a nuestra visión actual y al final resulta divertido. 

The End.

1 comentario:

  1. Isabel Moreno Fernández9 de diciembre de 2012, 18:33

    pues te doy la razon...y comento que cuando crecemos la magia que conocimos sigue existiendo...pero en la realidad misma y en cosas sencillas.

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