(Enlace al artículo de El País)
Composición sobre artículo de Elisa Silió
El artículo del periódico El País nos habla del descrédito y uso impropio del lenguaje por parte de las nuevas generaciones.
Hay una minoría muy preocupada con el actual estado de la lengua, como los profesores, que conscientes de los continuados errores en la ortografía y sintaxis practicados por sus alumnos, (que pueden advenir del automatismo de un “lenguaje viciado de los SMS”), consideran que esta generación será la menos conocedora de su propio idioma.
Los docentes estudian y plantean métodos para combatir los problemas con el lenguaje, transversales por todas las asignaturas, como: la posibilidad de rebajar la puntuación de los exámenes por los errores ortográficos, la introducción de pruebas de acceso a la universidad o reformar las políticas de educación.
Sin embargo, el tema levanta controversia porque hay quién valore el contenido en vez de la forma. Son señalados algunos ejemplos de que se dejó de valorar la lengua cuando los contenidos de evaluación son del ámbito de las ciencias o de las matemáticas. Tan poco son consentidas las suspensiones, por los estudiantes o por los candidatos a concursos-oposiciones, cuando los motivos se refieren a sus fallos ortográficos.
De acuerdo con algunos catedráticos los que desean un puesto de trabajo, no solo tendrán que demonstrar el dominio de los asuntos de carácter específico o técnico, sino también tendrán que acreditar el conocimiento de la lengua en que se expresan.
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