domingo, 1 de septiembre de 2013

Tejados de Toulouse: Volar es para pájaros

Volar es para los pájaros

(Hilario Camacho - Pablo Guerrero)

Hace tiempo era un niño
buen cazador de nubes
y es que al cielo subía por sumas de escaleras
trepando por la hierba de luz del arco iris
o por los hilos de sol de mis cometas.
Ahora quiero volar, y sé que antes del silencio,
antes del bien y del mal, del cruel y del tirano
pasaba por el mundo sobre ángeles y cosas
un hombre libre con alas en las manos.
Ahora vuelvo a volar. Tengo unas alas blancas
con que abrazar el aire, romper el horizonte,
llegar hasta ciudades lejanas como sueños
y enseñarles a todos que es posible la vida.
Suben a mi ventana gritos alucinados,
chirridos de sirena arañándome entero
y voces de "estás loco, volar es para pájaros".
Pero extiendo mis alas, miro hacia el cielo y salto,
miro hacia el suelo y caigo.

Tejados de Toulouse (1)Tejados de Toulouse (2)Tejados de Toulouse (3)Tejados de Toulouse (4)Tejados de Toulouse (5)Tejados de Toulouse (6)Tejados de Toulouse (7)Tejados de Toulouse (8)Tejados de Toulouse (9)Tejados de Toulouse (10)Tejados de Toulouse (11)Tejados de Toulouse (12)Tejados de Toulouse (13)Tejados de Toulouse (14)Tejados de Toulouse (15)Tejados de Toulouse (16)Tejados de Toulouse (17)Tejados de Toulouse (18)Tejados de Toulouse (19)Tejados de Toulouse (20)Tejados de Toulouse (21)Tejados de Toulouse (22)Tejados de Toulouse (23)Tejados de Toulouse (24)Tejados de Toulouse (25)Tejados de Toulouse (26)Tejados de Toulouse (27)Tejados de Toulouse (28)Tejados de Toulouse (29)Tejados de Toulouse (30)Tejados de Toulouse (31)Tejados de Toulouse (32)Tejados de Toulouse (33)Tejados de Toulouse (34)Tejados de Toulouse (35)Tejados de Toulouse (36)Tejados de Toulouse (37)Tejados de Toulouse (38)Tejados de Toulouse (39)Tejados de Toulouse (40)

Tejados de Toulouse (41)Tejados de Toulouse (42)Tejados de Toulouse (43)Tejados de Toulouse (44)Tejados de Toulouse (45)Tejados de Toulouse (46)Tejados de Toulouse (47)Tejados de Toulouse (48)Tejados de Toulouse (49)Tejados de Toulouse (50)Tejados de Toulouse (51)Tejados de Toulouse (52)Tejados de Toulouse (53)Tejados de Toulouse (54)Tejados de Toulouse (55)Tejados de Toulouse (56)Tejados de Toulouse (57)Tejados de Toulouse (58)Tejados de Toulouse (59)Tejados de Toulouse (60)Tejados de Toulouse (61)

4 comentarios:

  1. La aldaba es un buen ejemplo de objeto que sin perder su valor de uso permite muchas variaciones a partir de un grado cero, que sería el toc toc. Todas son una y sin embargo la serie podría ser casi infinita.
    Y, qué caray, como dice el mayordomo de la Bella y la bestia, si no es es barroco es barraca.
    Gracias por tanta cita, que, como al barón Lamberto, me rejuvenece.

    ResponderEliminar
  2. Sin la altura sesudamente intelectual del anterior comentarista, ahí va mi comentario: Sabía que eres An Arco de purito pedigree, pero no conocía esa faceta tuya de Supermán u Hombre Araña ¿Desde cuándo tienes poderes para sobrevolar ciudades? Me atenaza la curiosidad por saber cómo has tomado esas fotos ¿Quizás, emulando al Barón Rojo, al Aviador Dro o incluso al propio Saint Exupéry cuya estatua se erige en un bonito parque de Toulouse, te has lanzado en una avioneta para fotografiar esa ciudad desde el aire? Eres capaz de cualquier cosa. Nunca dejas de sorprendernos con nuevas habilidades.
    ¡Ah!casi se me olvidaba: bonitas fotos, An Arco.

    ResponderEliminar
  3. Caro Melmoth:
    Me alegro de verte rejuvenecido por mi mano y con tan poca cosa.
    Lo del toctoc me ha emocionado: yo no habría encontrado la quintaesencia de la aldaba por mucho que la hubiera buscado. Y tú en apenas dos sílabas.
    ¿Habrá que pensar en aldabas como aquellos pechos que ponderaban los cásicos: "la aldaba prieta que en la mano quepa"?
    Saludos

    ResponderEliminar
  4. Querida Gelovira:
    Con el tipito que se me ha quedado, no me disgustaría nada probarme esas mallas y esos sobrenombres con que me identificas: Spiderman (mallas rojas y seda arácnoide) y Sperman (mallas azules y una S que me llene el pecho). De verdad que me apunto, aunque dudo que me atreviera a volar con estas arrobas que arroban mi constitución y mi musculatura.
    No sé si me daría tiempo a hacer fotos o la fuerza de la gravedad haría de mí motivo de fotorreportaje.
    Repito lo que dije en la entrada: todo lo hizo elegir el lugar donde dormir. Si uno duerme en un nido de cigüeñas, lo normal es que vea las cosas desde más arriba que si duerme en la madriguera de un topo. ¿no crees?
    Gracias, Gelovira, como siempre son tus ojos y no mis bondades los que adornan la realidad.
    Abrazos

    ResponderEliminar