Fortis voluntas vincit omnia

 

Aunque el clima veraniego se resiste a abandonarnos, el día 2 de octubre comenzaron las clases y los pasillos de la Escuela reviven y burbujean con el trasunto de personas cargadas con libros, con cafés, con el calor de las fotocopiadoras trabajando a todo ritmo y de los saludos y los reencuentros. Comenzamos las clases con los nervios y la ilusión de esperar a los Reyes Magos; abriendo puertas y ventanas para dejar correr el aire, conociéndonos y reconociéndonos unos a otros. 

Todos aparecemos puntuales y con una sonrisa, incluso a primera hora de la mañana, algo que me llama la atención y para lo que enseguida encuentro explicación: en A2, hablamos de necesidad y deseos: una alumna comenta con una sonrisa la necesidad de tener "fuerza positiva" para venir a clase. Me encanta esta formulación y enseguida me pongo a hablar de la fuerza y de los polos positivos y negativos de las pilas. Escribo un "más" muy grande en la pizarra y enseño un poco el bíceps, "¿Qué otras maneras tenemos de decir "fuerza positiva"?" Enseguida recibo una avalancha de respuestas que me apresuro a escribir en la pizarra: "motivación", "energía", "ánimo", "voluntad". Cuando toca definir la voluntad tengo que mirar al techo durante un segundo pero enseguida encuentro las palabras adecuadas para expresar algo tan difícil: "la voluntad es querer hacer algo". 

Hablamos también del esfuerzo, que viene de la fuerza y que tiene mucho que ver con la voluntad, ya que ayuda a superar los obstáculos y las dudas porque "tienes muchas ganas de hacer algo". Más tarde pienso que el esfuerzo y la voluntad ("voluntas", de "volere", "querer") nos harán pasar por encima ("volare", "volar", por ejemplo) de todos los obstáculos. La "fuerza positiva" nos reúne todos los días a primera hora de la mañana, y, en muchos casos, sonrientes.

¡Feliz comienzo de curso y a por todas!